jueves, abril 10, 2008

Del márqueting a la cosmética


Del márqueting político a la cosmética política.
De ahora en adelante, las cosas serán más difíciles.

Ya desde el inicio de la pasada legislatura tenía yo la sensación de un “deja vu” con las primeras actuaciones del Presidente Rodríguez.

Sectarismo, utilización del franquismo como coartada legitimadora, izquierda “decorativa”, “demonización” del adversario...( esto último no se nota ya que el adversario en este caso es el PP (que como todo el mundo sabe, se merece esto y mas)), pactos del Tinell, etc.

El PSOE cada vez se iba pareciendo mas al PSC: prototipo de partido de políticos profesionales, con una ideología cosmética a base de lo “políticamente correcto” y casta profesional que se reparte poder y dinero. La primera regla es “todo vale” y la segunda y siguientes nos remiten a la primera.

Tras las elecciones del 9 de marzo de 2008, desde los grupos de comunicación en el poder se empieza la campaña:

Mensajes:

“Los nacionalistas comienzan su etapa de decadencia”

" Rodríguez ha vencido al nacionalismo y España comienza una nueva etapa.”

Copiando descaradamente al PSC en su papel de anestésico social para imponer su proyecto de confederación de los “pueblos de España”.

Mi opinión:

Yo creo que han notado el hartazgo de la población ante el recorte de libertades producido por los distintos nacionalismos españoles (catalán, vasco, gallego, etc.) y ante lo obsceno de su carácter reaccionario, a pesar de la propaganda sistemática que dura ya muchos años.

En este sentido no es lo de menos el papel de C’s primero y de UpyD después como conciencia civil y democrática de la adormecida sociedad española.

Se trata pues de otra media “cosmética”: tranquilizar a la población por medio del PSOE y sus franquicias locales para que llega a pensar que “no llegarán tan lejos” (frase tantas veces desmentida por los hechos en el País Vasco o Cataluña), a la vez que España se reconstruye y se transforma en una confederación estatal.

Esta estrategia ha dado muy buenos frutos en Cataluña, con una implantación social importantísima del ya famoso “síndrome de Estocolmo[1]” en la población que se siente española, por lo que es de suponer que esta mentira “tiene las patas muy largas”.

Aquí es donde entran formaciones como C’s y UpyD que conocen, porque la han sufrido y sufren esta estrategia “liberticida” (si se me permite la utilización de este vocablo © FJL)



[1] El síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía.

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